viernes, 23 de octubre de 2009

DESCOLONIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN EN CONTEXTO MULTICULTURAL

por Mario Rodríguez I.

“La realidad ya no es dulce ni puede ser amarga; es afluencia”(Gamaniel Churata

La llamada “colonización” europea en nuestro continente —más bien habría que decir invasión— es la más dramática experiencia de encuentro conflictivo, tenso e inequitativo a lo largo de nuestra historia.
La Descolonización no puede ser el sentido del sistema educativo nacional; la educación debe orientarse por la afirmación de lo que deseamos construir, no por la negación de lo que intentamos dejar atrás.
De la creencia en un modelo superior y único civilizador/educativo a las múltiples fuentes y trayectorias.
La diversidad nos desafía a pensar en multiplicidad de subsistemas educativos (¿o múltiples sistemas educativos?), estructuras organizativas, formas de docencia, estructuras curriculares, metodologías y didácticas, espacios y acreditaciones educativas.
De la dependencia externa a la gestión descentralizada con la cooperación complementaria y solidaria
La organización del sistema educativo nacional debe permitir estas singularidades y la gestión de sectores ciudadanos, pero también tiene que canalizar mecanismos por los cuales el conjunto de la sociedad pueda inmiscuirse en el — sentido positivo de la palabra— en la gestión de la educación.
Del saqueo a la vigorización de nuestro patrimonio de saberes y la valoración de la producción propia hacia campos más equilibrados de negociación de la diversidad.
¿Cómo reconstruir un sistema o múltiples sistemas educativos capaces de abrir-se a distintas fuentes de conocimiento y saber? Eso nos desafía a pensar los procesos educativos como campos de mediaciones donde ocurren negociaciones culturales entre distintos conocimientos/ saberes y formas de regenerar/producir/ construir esos conocimientos y saberes.
De las políticas de erradicación y/o cooptación de las culturas “dominadas” o colonizadas a la celebración enriquecedora de la diversidad.
Las metodologías, las didácticas, los contenidos o el planeamiento educativo podrían ser desbordados enriquecedoramente si somos capaces de abrir los procesos y sistemas educativos a esa diversidad abigarrada en condiciones más equitativas de diálogo y negociación.
De los intentos de eliminar o erosionarlos intercambios entre las diversas culturas colonizadas a facilitar el encuentro en múltiples y variadas direcciones.
Los saberes, conocimientos, maneras de establecer la convivencia y sistemas éticos o estéticos aceptados oficialmente, que además tienen mecanismos institucionalizados de fomento a su circulación, se restringen a los que proceden del poder central externo. Se “bajan” esos saberes y conocimientos como las nuevas verdades a ser aceptadas por todos y todas, se procura la “civilización” del otro a través del acceso a esas “ciencias” llegadas de fuera.
Para cerrar el artículo: algunas conclusiones centrales
Son tiempos de transición, de caminar hacia la descolonización de la educación de manera que puedan brotar sistemas educativos más nuestros.
La descolonización sólo marca la necesidad de un tránsito que genere condiciones para que de verdad podamos hacer brotar esas múltiples experiencias educativas que den cuenta de nuestra abigarrada diversidad.